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MI MUNDO

Las finanzas de Eros

"Solo existen dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo y la segunda no me acuerdo” (Woody Allen).



Quizás desafortunado o desatinado el tabú de algunas personas cuyo fin en si mismas debería ser el placer de vivir y dejar vivir. Y como si de una película de terror se tratase, el antagonista es siempre deforme, amorfo o en el mejor de los casos; un humanoide cuando no un alien. Así es la opinión de una gran mayoría de los seres humanos frente a una realidad por demás fisiológicamente necesaria: el sexo.


Es tan prohibido que a su alrededor el diccionario acuña muchas palabras que atentan en su contra: adulterio, amancebamiento, fornicación, concubinato, infidelidad, – Cuando de religión se habla – virginidad, impotencia, disfunción , infecundidad, esterilidad, - Cuando de fisiología se trata - aberración, desviación, perversión, si de moral estamos discutiendo, y un largo etcétera de términos nada halagadores para una función que todos, grandes y pequeños, de cualquier raza, credo, filiación política o condición social, hemos llevado a la practica.


Sucio o no, pecaminoso o no, agradable o desagradable, satisfactorio o insatisfactorio, lo cierto es que como en la historia bíblica, el que este libre de pecado – Léase de haber copulado – que tire la primera piedra. El hecho francamente sorprendente es que a pesar de ser una verdadera epidemia, el sexo sigue siendo un tema tan amplio como mítico y oculto, reservado quizás a los aforismos del Kamasutra. Pero como si del ave fénix se tratase, el sexo emerge como un gladiador a la arena de la mente humana, poseyéndola y terminando por dominarla completamente; En descubrir de que manera sucede esto se pasó la vida Freud, y mas allá de la mente Alfred Kinsey exploró lo verdaderamente físico de la anatomía humana y su respuesta al estimulo sexual, no obstante el trabajo de estas mentes brillantes, o de otros muchos precursores del conocimiento y libertad eróticas, como es el caso de Henry Miller en la literatura (Por no mencionar al Marques de Sade para no herir susceptibilidades) el sexo sigue en el “Closet”.


Pero el demonio que habita nuestro interior, asoma literalmente su cabeza por entre la cremallera de nuestros pantalones en el momento justo para indicarnos el camino, importándole un pepino nuestra opinión o nuestra férrea moral, al igual que lo hacen los trapecistas del circo que con donaire y belleza artística desafían a la aburrida gravedad, del mismo modo lo hace nuestra cabecita erigiéndose como un mástil apuntando al firmamento de la libertad, emancipándose de su flácida condición. Y ni que decir de la suave y deliciosa lubricación, de la etérea profundidad, de la celestial visión de unas piernas torneadas y bien abiertas, enseñando la gruta de la pasión, la verdadera manzana de Eva. Preciosa y provocativamente tentadora, irresistible al paladar de cualquier gourmet erecto. ¡Ay Venus… tú y tu monte!


Pecado, divino pecado, roja pasión, sueño del edén, mística experiencia, clímax de las mentes en ebullición, búsqueda maldita del profano orgasmo, espía de nuestras mentes mundanas, dulce compañero de juergas, oxigeno combustible del traicionero amor, Valhala del héroe amante e infierno del célibe soñador, ese es nuestro compañero de vida, el regalo que nos dejaron para no morirnos anticipadamente de tedio.


Sin embargo los prejuicios de la especie humana en lo que tiene que ver con el sexo, han hecho de este un fruto prohibido, convirtiéndolo al igual que el licor de la década de los 20’s, en el mas rentable de todos los negocios en el mundo entero. Y no es porque sea ilegal, o porque su consumo excesivo pueda ser perjudicial para la salud, - De hecho hay estudios que indican todo lo contrario - si no mas bien porque casi siempre se hace a puerta cerrada, en algunos desafortunados y no pocos casos con la luz apagada, y si de una infidelidad se trata, pues con mayor razón en la más absoluta clandestinidad posible.


Y es esta actitud subrepticia y doble moralista, la que convierte al sexo en motor de la mayor industria económica del mundo, que mueve anualmente unos 60 mil millones de dólares, según datos de la revista Forbes, que incluye cine para adultos, servicios de acompañantes, revistas, clubes nocturnos, salas de masajes, sex shops entre otros y la muy significativa cifra de 260 millones de sitios Web, visitados diariamente por unas 30 millones de personas. Todo esto sin contar un rubro muy importante como es el de la red de hoteles, moteles y demás sitios empleados para consumar el acto. Y otros como el de la venta de afrodisíacos o terapistas sexuales, que viven todos ellos aunque de manera un poco indirecta, del sexo.


Al tope de la tabla de ingresos esta sin duda la pornografía en todos sus géneros, películas, revistas, videos, etc., tan solo el cine para adultos, del cual se lanzan unos 11.000 títulos al año, teniendo como base principal el barrio de Chatsworth en el valle de San Fernando California: según la revista especializada en el tema Adult Video News (AVN) mueve unos 10.000 millones de dólares anuales en los Estados Unidos, las estrellas porno , perciben alrededor de 150 y 5.000 dólares por escena, dependiendo de si se es mujer u hombre, el tipo de escena y su cotización o fama en el medio, la cual alcanza su punto máximo en festivales de cine erótico como el de las Vegas o el de Barcelona, también aparecen como invitados en programas de televisión acerca del tema, algunos dictan charlas incluso en universidades, y otros escriben libros al respecto, con su biografía o consejos para mejorar las relaciones de pareja; Es el caso de Jenna Jameson quién escribió un libro ya convertido en best seller "Cómo hacer el amor como una estrella porno".


Y todo esto sin contar con el erotismo implícito en tantas y tantas campañas publicitarias, desde un apasionado beso para promocionar una marca de goma de mascar, hasta unas hermosísimas y voluptuosas chicas en tanga que invitan a consumir una cerveza. No se si usted que lee esto, es uno de los 250 millones de consumidores de pornografía que hay en el mundo entero según cifras estimadas por AVN news ( yo creo que estos datos se parecen a los del DANE, porque como mínimo deben ser el doble) pero si no lo es, y llega a serlo, es decir a entrar al “closet” que no solo sirve para los homosexuales si no también para los heterosexuales con algún grado de “perversión”, no se sienta mal, hay por lo menos otros doscientos cincuenta millones de usuarios que disfrutamos al igual que usted.


Ah y no olvide votar a favor cuando quieran legalizar el sexo.

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